Tijeretazos, recortes y amnistías fiscales. Ciencia, sanidad, educación. Todo polémicas pero, ¿hasta dónde llegan los recortes? Podemos discutir sobre su justificación o necesidad, pero está claro que hay ámbitos en los que el recorte debía ser más urgente que en otros. Pero vamos al grano, no pocas personas pusieron el grito en el cielo cuando se anunció que el gobierno recortaría dinero de las «partidas destinadas a las políticas activas de empleo». Con ese nombre, hay que ser senil para estar en contra de su existencia pero, ¿qué sucede cuando la entidad pública que los gestiona se dedica a gastarse el dinero de todos para favorecer a una empresa concreta?
Estos días, en diversos comercios del centro de Madrid (concretamente, de Malasaña, donde trabajamos en Cartograf) ha sonado el teléfono con una oferta curiosa: «Hola, llamo de Google» decía la voz que, por tamaña presentación, no puede sino despertar desconfianza. En realidad, como se puede imaginar, no se trataba de Larry Page en persona, ni siquiera de un empleado de Google. La realidad supera a la ficción. Al menos dos comercios del barrio han contactado con nosotros a este efecto: La bombonera de Barco y Bikram Yoga.
Llamaron de Plenummedia para ofrecer la grabación de un videorreportaje al asequible precio (sobre todo para un pequeño comercio) de 12.000 euros. Conociendo un poco el precio al que se hacen estas cosas y el objetivo real de Plenummedia está claro que es simple framing: el objetivo real es vender cursos gratuitos sobre uso de AdWords, que se ven aún más baratos tras haberte pedido 12.000 euros por algo que ni necesitas ni los vale.
Pero esperen, ¿he dicho gratuito? No, no hay «servicios públicos gratuitos». Todos y cada uno se paga con dinero del contribuyente y donde digo gratuito quería decir subvencionados por la Fundación Tripartita, ese ente público encargado de gestionar los fondos públicos para formación y políticas de empleo y mangoneado hasta el infinito por los sindicatos cuya élite vive alejada de la realidad de las personas de a pie.
Me entero de este asunto con el café del desayuno, pues Bianka Hajdu (que dirige todos los asuntos de formación en Cartograf), ha levantado la perdiz en su blog. Lean su post.
Y es que esa subvención para usar AdWords es parte de las «políticas activas de empleo», y se ve que todos los implicados en su gestión y gasto están tan concentrados en coger la pasta que ni siquiera tienen miramientos en ver a quién contratan los cursos que se pagan con el dinero de todos, ni cuáles son los fines de los mismos. Desde luego, pagar con el dinero que entre todos duramente pagamos mes a mes cursos gestionados por empresas que hacen publicidad engañosa («Hola, llamo de Google») destinados a crear rebaños de clientes de una empresa en concreto me parece inmoral. Tan inmoral como los cursos de formación para usar Microsoft Office «de toda la vida», otro clásico del despilfarro de dinero público para criar clientes de una empresa concreta.
La verdadera pregunta es, ¿se recortarán estos cursos o Plenummedia y la Fundación Tripartita seguirán gastándose impune e inmoralmente el dinero público en criar clientes para Google en lugar de dinamizar la amortajada economía en la que estamos inmersos? Ciertamente, este caso concreto habría que frenarlo cuanto antes, están gastándose el dinero de todos para hundir a las pequeñas empresas de Internet y sacarle las perras al pequeño comercio (dándoselas a La Empresa Del Buscador Del Que No Podemos Huir).